Querido
mío, querida mía: ¡Hola! ¿Cómo has estado? ¿Me extrañaste? ¿No? ¿Al menos me
recuerdas? Soy tu Pepe Grillo personal, tu voz interior, tu personalísimo
abogado del diablo. Entiendo que no me recuerdes después que prácticamente me
amarraste y amordazaste un lejano día de diciembre del 2014, para finalmente
dejarme abandonada en un rincón. Soy tu conciencia, no te hagas, bien que me
conoces. Sabes que siempre estoy aquí aunque a veces con tanto ruido no me
puedas escuchar. En fin, de vuelta al trabajo. Como parte de mi honrosa función
(por favor lee bien, dice honrosa, no horrorosa) estoy obligada a recordarte
que cerraste el 2014 con demasiada euforia y entusiasmo. Seguramente los
romanos, célebres por sus interminables pachangas y bacanales, te hubieran
levantado un altar o al menos solicitado una asesoría completa. No, no, no. No
estoy criticando ni cuestionando tu excelente desempeño en el Maratón
Guadalupe-Reyes. Me queda claro que cuando te propones algo, casi casi siempre
lo cumples (especialmente si se trata de andar en la fiesta). Comprende: No me
estoy quejando de me hayas ignorado casi ocho semanas. En mi papel de
Conciencia Consciente, más bien me preocupa que pretendas tramitar tu
reinscripción al susodicho Maratón desde ahora, y además que tu cabecita loca
esté considerando inaugurar y patentar el Reyes-Guadalupe disque para “no
perder el ritmo”, “darle continuidad a los objetivos alcanzados”, “consolidar
los triunfos”, “perseguir nuevos horizontes” y no sé que tantos otros pretextos
que te estás inventando. Querido mío, querida mía: ya estamos por terminar
enero. Es momento de poner en orden la vida, la comida y el descanso. Sé que tú
lo sabes, no quieras culparme a mí.
¿Qué
pasó con tus propósitos de año nuevo? ¿Cómo la llevas? ¿Ya empezaste el
ejercicio? Yo solo te recuerdo que quedaste con tus amigos de ir a ese evento en
el segundo semestre. Además tienes que cuidarte, ya no estás tan joven. Mira tu
cabello en el espejo… ya se te empezó a terminar el tóner… hay que ser realistas.
Y, ¿ya hablaste con esa personita que me habías prometido? ¿Por qué no? ¿Cómo
quieres que se arreglen las cosas si no le hablas? ¿O estás esperando un
encuentro “casual”? Ja, ja, ja. Quédate sentado. No va a pasar. ¿Y lo de leer
un poco más, cómo va? Acuérdate que los comics y las revistas de la estética no
cuentan. No te hagas, tienes que ponerte a leer. Comienza por apagarle a la
televisión. Seguro que, o te pones a leer o te quedas dormido para levantarte
temprano a hacer ejercicio.
Querido
mío, querida mía: sólo soy tú apuntando a un futuro mejor. No me calles, no me
ignores. Salud.
La nota musical:
Algunas
canciones pueden permanecer vigentes a pesar del paso de los años. ¿Será está
una de ellas? Al menos su mensaje sí.
Chico
tienes que cuidarte,
¿Cuánto
crees que durarás así? ¿Cuánto crees que tu organismo podrá resistir?
Chico tienes que cuidarte,
¿Cuánto crees que durarás así?
¿Cuánto crees que tu organismo podrá resistir?
“Chico
tienes que cuidarte”, Hombres G, Álbum: Voy a pasármelo bien, 1989
Twitter:
@gmomtz